La Nueva Conciencia:La dimensión del corazón



El momento de activación de la nueva conciencia cristalina de la Tierra alimentada desde el corazón central del creador, se ha dado. 
De echo conforme vayamos avanzando en el tiempo, podrán darse cuenta y comprobar fácilmente cómo los ciclos planetarios son auténticas puertas y llaves de activación. 
Son la verdadera medida de la nueva conciencia de la 5ª dimensión donde todos ustedes están entrando ahora.
Como les hemos comentado anteriormente desenvolverse en esta nueva realidad exige ver el mundo desde la dimensión del corazón
Los procesos mentales únicamente perciben el tiempo lineal. Cuando percibimos desde el corazón estamos ampliando nuestra conciencia, abriendo la puerta a la creación, a la manifestación de nuestra luz en la materia. Es eso lo que ustedes han considerado en el pasado “milagros”. 
Los milagros no son otra cosa que actuaciones del Espíritu, de la Luz del Ser que se plasma luego en lo que ustedes ven con los ojos del cuerpo. 
Conforme esta nueva energía se vaya asentando sobre la Tierra verán más y más de estos milagros. Actuaciones que aparentemente habrían llevado al caos y a la confusión en el viejo mundo producirán repentinamente nuevos escenarios que será percibidos por todos aquellos que estén unidos en esa creación del corazón. Dichas percepciones sólo serán posibles desde la energía del corazón y no serán visibles por aquellos que sigan manteniéndose en la vieja conciencia de la mente pensante.


Así que les pedimos amados trabadores de la luz que aprendan a conectarse unos con otros a través de la energía del corazón
Aparten sus procesos mentales, conéctense a su corazón y sientan desde ahí donde está cada uno de ustedes, sientan que es lo que vibra en la misma frecuencia que ustedes
No teman equivocarse pues el corazón no se equivoca. Simplemente aparten todo juicio y todo análisis posible y desde esa conciencia apóyense los unos a los otros. No hace falta que se conozcan físicamente. En el nivel del yo físico pueden ser ustedes personas viviendo a miles de kilómetros de distancia sin ninguna oportunidad de haberse conocido antes.
Desde el nivel del corazón son la misma frecuencia que se conoce y vibra al unísono. 
Hagan el ejercicio de sentir el mundo que les rodea
Siéntense con la espalda recta y relajada, respiren y visualicen cómo sus chakras se iluminan, pidan conectarse a la Madre Tierra y visualicen la conexión con el Cielo por encima de sus cabezas. 
Luego sientan la energía del corazón expandiéndose al mundo que les rodea. 
No analicen, simplemente sientan aquellos seres que conforman en este momento su familia de luz y conéctense en sus corazones. De esta forma estarán creando una red mundial crística que influirá en el resto del mundo que les rodea. 
A partir de ahí no analicen y simplemente expresen y apoyen lo que su corazón les dice en ustedes y en los demás. Conviértanse en un sólo corazón actuando en la vieja Gaia. 
No les importe la aparente falta de lógica de las acciones del corazón que vean a su alrededor. La vieja conciencia podría ver como algo ilógico y peligroso por ejemplo ceder ante el aparente adversario. La conciencia del amor sabe que esa es la puerta al milagro de la creación.
Comprendan que todo lo que ven en sus noticiarios, no son sino los testigos de la vieja conciencia de la lucha y la separación manipulados por los poderes del miedo interesados en fabricar realidades de dolor y de sufrimiento. 
En realidad no tienen una existencia propia. No olviden que el escenario del mundo material que ven con los ojos de su cuerpo no es más que el reflejo de su conciencia colectiva y esta conciencia colectiva es impotente ante el poder del amor del corazón
Simplemente verán muchas cosas disolverse y desaparecer como si nunca hubieran existido.
Recuerden que son ustedes amados y apoyados en su trabajo y que no están solos en estos gloriosos momentos de cambio planetario en nuestra amada Gaia, la Madre Tierra.
Yo Soy el Arcángel portador del rayo del fuego azul de la protección y la verdad, y les saludo y les abrazo desde el corazón de Dios.

Comentarios