Reiki y Psicologia

Os pongo las conclusiones de una Psicologa que ha unido la Psicoterapia con el Reiki.

REIKI EN PSICOTERAPIA
 Soy practicante de Reiki desde 1.999. La verdad es que mi conexión con el Reiki fue algo “accidental”. Soy psicóloga.
 Ya anteriormente había percibido la posibilidad de utilizar el Reiki en psicoterapia; es más, de hecho, en alguna ocasión había dado a pacientes, en una zona concreta, donde, por la ocasión terapéutica, se requería. Los resultados habían sido que las personas conseguían “sacar” aquello que parecía estaba más obstruido.Empecé a vislumbrar la unión de las distintas técnicas psicoterapéuticas que yo practico con sesiones de Reiki. Desde el punto de vista psicoterapéutico, lo que yo podía imaginar, en cuanto a la función del Reiki en la sesión, era la misma que puede tener con un grano. Para que os hagáis una idea, de la misma forma que cuando me doy reiki en un grano o una herida, remueve, madura y saca todo lo que está ahí estancado y putrefacto, yo veía el Reiki como una forma de remover, madurar y sacar lo emocionalmente estancado en las personas. Decidí que tenía que intentar aquello. El primer paso consistía en buscar una persona que estuviese dispuesta a la experimentación y que fuese lo suficientemente abierta para una sesión psicoterapéutica un tanto “extraña”. Afortunadamente y por esas “muchas causalidades de la vida”, contacté con una practicante de Reiki que tenía un problema: la hipocondría.

Esta persona sufre mucho debido a su angustia ante cualquier tipo de síntoma de enfermedad, y había caído en un círculo vicioso, en el que su propia angustia le presentaba síntomas como presión y dolor en el pecho, ardor de estómago, dolores de cabeza y tensión alta. Cuando le propuse el asunto, aceptó inmediatamente. Por supuesto, le expuse las condiciones necesarias para evaluar si esta forma de psicoterapia tenía posibilidades, a saber:
-         sesión semanal de entre hora y media y dos horas (incluido el feed-back)
-         trabajo posterior en casa para la integración de la sesión.
La paciente se responsabilizó y asumió el compromiso, y así decidimos empezar. El resultado hasta el momento ha sido mucho más espectacular de lo que yo imaginaba.
             A partir de ahí, las sesiones han sido diferentes y muy variadas, desde profundas catarsis, hasta recuerdos de la infancia, encuentros de lugares de refugio para la tranquilidad emocional, aunque el tema presente es el tema de la muerte, que surge espontáneamente desde el inconsciente. Ha habido sesiones relajadas y tranquilas y sesiones fuertes y duras, y lo curioso es que la fuerza de las sesiones surge justo cuando la persona lo necesita, ni antes ni después.
La equilibración energética se dio en las cuatro primeras sesiones, donde trabajamos: su niña interior, la actividad excesiva de su centro mental y la alimentación adecuada de su centro emocional.
Con el Reiki la persona baja las barreras de la personalidad con más facilidad, y surge la visión o visualización, la sensación corporal o la emoción de una forma mucho más directa, con lo que se consigue trabajar en el tema principal “sin tanta paja verbal”, incluso en ocasiones de una forma simbólica, es decir, única y exclusivamente a través de la imagen. Por ello es mucho más directo el trabajo con polaridad o con opuestos que se tienen en conflicto para su integración. Además  el Reiki no sólo remueve, madura y saca lo estancado emocionalmente, sino que lo integra en distintos niveles: mental, emocional e instintivo, ya que la persona antes de que se le interprete nada a nivel mental, ha captado la esencia o la relación del tema, percibe su sentimiento, y, posteriormente, en la integración de la sesión, la actitud empieza a modificarse reflejándose en este caso, en una actitud más relajada ante sus “síntomas”, de un no posponer la visita al médico, de una angustia mucho menor y de una toma de actitud ante la vida que empieza a desaflojarse.

            La experiencia es excitante en sí misma, y hasta ahora muy satisfactoria. Todavía queda mucho por hacer, y para ser sincera, todavía me queda alguna duda como si esta psicoterapia puede funcionar en personas a las que todo esto del Reiki les parecen “tonterías”. Lo ciertos es que esta persona está muy dispuesta y abierta, ya que como practicante del Reiki lo conocía anteriormente.
Dorian

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