Camino hacia la Felicidad

Camino hacia la Felicidad. Entrevista a Hellinger.


Anton Hellinger nació en una familia católica en Alemania en 1925. Vivió en la Alemania nazi durante su infancia y juventud, pagó el precio de la guerra en el frente, después en un campo de prisioneros y finalmente con la muerte de su hermano. Desde muy joven vibraba con el respeto a la libertad humana, viviendo a contra corriente para seguir su propio criterio. A la edad de 10 años, dejó su familia para asistir a una escuela católica en un monasterio dirigida por la Orden en la cual él fue ordenado más tarde y ésta lo envió a Sudáfrica como misionero.Durante estos años sirvió como sacerdote de parroquia, profesor y, finalmente, como el director de una gran escuela para estudiantes africanos. Aprendió la lengua zulú con fluidez, participó en sus rituales, lo que le permitió tener una visión particular, en parte esotérica. El comienzo de su interés por la fenomenología coincidió con la disolución de sus votos al clero.Después de abandonar al clero, encontró a su primera esposa, Herta, y se casó poco después de la vuelta a Alemania. Empleó varios años a principios de los años 1970 en la formación en Viena en un curso clásico en la psicoanálisis en la Asociación vienesa para la Psicología en Profundidad. Completó su formación en el Instituto de Munich de Formación Psicoanalítica .
En 1973, dejó Alemania por segunda vez y viajó a los EE. UU para seguir su formación con la terapia primal de Arthur Janov en California. Hubo muchas influencias importantes que propiciaron su acercamiento. Uno de los más significativos fue Eric Berne y el Análisis Transaccional.
Llegando a la edad de 70, no había entrenado a estudiantes a continuar su método. Aceptó que el psiquiatra alemán Gunthard Weber registrara y corrigiera una serie de transcripciones de taller. Weber publicó el libro él mismo en 1993 bajo el título Fortuna Caprichosa; Posibilidad de Segundo de aka. Esperaba vender dos mil copias dentro de la comunidad de psicoterapeutas alemanes interesados en acercamientos alternativos. Para sorpresa de todos, el libro fue recibido con la aclamación y rápidamente se hizo un éxito de ventas nacional, vendiendo doscientas mil copias.
A través de la Dinámica de Grupo, la Terapia Primaria, el Análisis Transaccional y diversos métodos de Hipnoterapia llegó a desarrollar su propia terapia sistémica y familiar. Su método de configurar Constelaciones Familiares enfocado directamente hacia la solución le valió el reconocimiento como uno de los terapeutas claves del mundo psicoterapéutico actual.

ENTREVISTA

¿Cómo podemos ser felices o hacer un camino hacia la felicidad?

La felicidad empieza muy temprano, empieza con la madre y se sigue manteniendo en la relación con ella. El camino de la felicidad se interrumpe cuando perdemos el contacto con la madre, por supuesto también con el padre pero eso está en segundo lugar. Se puede observar, por ejemplo; yo lo hago a veces cuando miro la televisión, miramos a los actores o a los que están hablando, y entonces mi mujer pregunta: "¿Cuál es la relación de éste con su madre?" Se puede ver enseguida, el que está en conexión con su madre brilla, tiene una expresión de alegría y es amado por otros, eso se nota fácilmente; o cuando uno viene y dice que no está feliz, entonces yo pregunto por su madre, por su relación con su madre. Yo tengo en mi corazón a la madre de esta persona ya presente con respeto y como yo respeto a su madre puedo llevarlo hacia su madre y de pronto comienza, también, a radiar, a brillar. éste es un camino a la felicidad.

¿Es reparable la relación con la madre? Ya que para muchos es una relación de conflicto.

Los conflictos son necesarios. Muchas relaciones con la madre están bloqueadas porque tenemos expectativas con respecto a esa persona que va más allá de lo que se puede esperar de un ser humano; y si los padres fueran perfectos, si la madre fuera la ideal, nosotros no seríamos capaces de vivir, no tendríamos la fuerza para vivir. Somos capaces de vivir porque nuestros padres tienen errores. Eso es lo que nos introduce en la verdadera vida, o sea, amamos a nuestros a padres así como son, tal cual como son, y así nos volvemos felices.

Estaba pensando, si todo lo que nosotros recibimos de nuestros padres, cosas que nos duelen por ejemplo, ¿todo es perdonable?

Un hijo que está perdonando, está acusando al mismo tiempo a los padres, se está poniendo por encima de ellos, y pierde a los padres, su suerte y su felicidad.Todo lo que sucede en cuanto lo puedo aceptar, decir que sí, así como fue se convierte en una fuerza; en cuanto lo rechazo o lo perdono quedo débil, me pongo por encima y la vez quedo pequeño.

¿La aceptación no es ponerse por debajo en una situación, entonces?

No lo estoy aceptando, le estoy diciendo que sí, si lo acepto así soy pasivo, cuando le digo que sí soy activo y al decir que si algo se transforma, al aceptar no se transforma nada. Es una diferencia importante.

Si en mí existiera un brillo por el tipo de relación que tengo con mi madre, ¿qué le pasaría a mi madre para conmigo?

Ella por supuesto también está feliz; sobre todo se abre el corazón de la madre y su amor puede fluir hacia ti, las dos van a estar felices.
Había una vez un hombre que me dijo que su madre lo odió cuando era pequeño y ella vivía muy cerca de donde era este curso; entonces le dije: "vete a visitarla". Al otro día volvió, estaba radiante y le dije: ¿pero qué hiciste?, fui y le dije a mi madre: "estoy contento de que me pariste...", y la madre brillaba, radiaba y él también. Tan fácil es la felicidad.

¿Cómo nos preparamos entonces, para ser buenas madres, o ser de las madres que queremos brillar en los ojos de nuestros hijos?

Muy simple: amar a la madre de uno mismo. Ahora tú también brillas...

Con la idea de cerrar esta nota, quería preguntar acerca de cómo queda el lugar del padre, ya que hablamos solo del lugar femenino ¿El padre se reivindica, tiene protagonismo o por el simple hecho que la madre ocupa el lugar que tiene que ocupar esto se da por añadidura?

Sí, el padre está en segundo lugar. Pero hoy día los padres están muchas veces excluidos, y el padre que está excluido pone triste a la madre, la hace infeliz. Para que la madre sea feliz ella tiene que respetar y amar al padre y eso no siempre es muy simple porque los hombres son distintos, los tenemos que amar así como son: distintos. Y los niños necesitan al padre, porque para la felicidad es necesario que ellos puedan tener al padre. Entonces niños felices son aquellos que son mirados por la madre y, la madre a través de este niño ama también al padre; y el padre mira a los hijos y a través de ellos ama también a la mamá. Ese tipo de niños son felices.
Entrevista realizada en el mes de Nov. de 2005
Intérprete: Esther Lak
Tomada la entrevista de http://www.mantra.com.ar/Entrevistas/hellinger.html

Comentarios